Dos Días de Mayo 1808, Un pueblo contra un imperio

Descripción

La patria está en peligro. Madrid perece víctima de la perfidia francesa. Españoles, acudid a salvarla.

Al igual que el bando de Móstoles, cuyo texto no fue realmente el anterior, lo sucedido en esos días mayo ha entrado dentro del campo de la leyenda y de la mitografía. De cómo toda la ciudad de Madrid, abandonada por sus líderes, se rebela en masa contra los ocupantes franceses por su libertad. Pero la realidad, como bien se dice, suele ser más prosaica, y el presente libro nos permite conocer con gran detalle lo sucedido ese mayo de 1808.

El autor, que ha escrito muchos libros sobre batallas de la Guerra de Independencia, nos presenta la ciudad de Madrid. Ciudad que no estaba a la altura de las capitales europeas más importantes, pero que tendría unos 200.000 habitantes entre ciudadanos permanentes y visitantes ocasionales, con sus diversas profesiones y actividades.

Ciudad que era capital de España, y donde la pugna política entre Carlos IV, con su ministro Godoy, y el futuro Fernando VII había provocado una crisis que favorecía los planes de Napoleón. Crisis que nos describe el libro y que ocasionó que ambos monarcas acabaran por acudir a Bayona ante el emperador para seguir discutiendo sus derechos.

Mientras en Madrid permanecía Murat, quien había acudido allí para dirigir las negociaciones diplomáticas y la acción militar. Es por ello que le acompañaban representación de unidades de la Guardia Imperial y de la élite de la caballería francesa, que causaron una gran impresión entre los madrileños contemporáneos, aunque como estos mismos indicaron, la infantería que les acompañaba era mediocre, con una mezcolanza de unidades de depósito.

Es el aspecto militar un punto al que el autor presta especial atención, detallando cada una de las unidades, su posición, sus pérdidas y su historia, tanto respecto a las fuerzas francesas como las españolas. Y que explican que ante la presencia de 30.000 franceses en la ciudad y cercanías, los mandos españoles intramuros fueran reacios a intervenir.