Tanta Muerte

Descripción

Tenía que ser en territorio Cela (que no es lo mismo que Comanche, pero casi, porque en la obra de Casal González también hay ecos del Pérez Reverte escritor y periodista). Porque César Casal habita a los dos lados de la frontera de la literatura y el periodismo, las dos caras -a veces tan lejanas- de la escritura.Ayer tocaba la orilla de la literatura, porque César Casal González, escritor y subdirector de Información Local de La Voz de Galicia, presentaba su primera novela, Tanta muerte . Y para echarse al ruedo eligió la librería Arenas, un templo de los coruñeses enfermos de literatura situado en pleno Cantón Pequeño. La librería Arenas siempre fue territorio Cela, porque allí se dejaba ver de año en año el premio Nobel de la mano de su amigo Fernando Arenas Quintela, fundador de la librería y patriarca de la saga que hoy continúa su hijo Manuel. El singular círculo cerró ayer su trazado con la presentación, en esta capilla laica de los libros, de Tanta muerte , la novela con la que el celiano César Casal ha ganado la edición del 2003 del premio Fernando Arenas Quintela.Otra vuelta de tuerca. César Casal abre esta novela con una de las más demoledoras citas de Cela: «Esto no es una novela, sino la purga de mi corazón». Es la frase con la que CJC inauguraba en su día la descomunal Oficio de tinieblas 5 , una de las piezas más experimentales jamás publicadas en la literatura española. Así que la presentación navegó por los mares del periodismo literario, ante un nutrido auditorio. Abrió el acto el presidente del jurado, el abogado y ex alcalde de A Coruña José Manuel Liaño Flores. Defendió Liaño la vigencia de la literatura y reivindicó: «El libro nunca dejará de ser». Tomó luego la palabra Bieito Rubido, director de La Voz, que auguró que «César Casal será uno de los grandes narradores del panorama español de los próximos años» y recalcó la apuesta del autor por la calidad al enfrentarse en la novela «al amor y la muerte, que son los asuntos más trascendentes de la vida». Para Carlos González-Garcés, teniente de alcalde del Ayuntamiento coruñés, una de las grandes virtudes del volumen es su osadía formal «al suprimir todos los signos de puntuación y recurrir a metáforas de corte personalísimo». Cerró las intervenciones el narrador, que echó mano a una cita de Gabriel García Márquez para explicar que el estímulo de la escritura lo encuentra en el amor y la amistad: «Escribimos para que nos quieran más». Casal situó su relato en «todas las aldeas de Galicia» y reivindicó el paraíso perdido de la infancia frente a la destrucción, la enfermedad y la muerte.