Descripción
La historia sobre cómo una obsesión de una hora leyendo unas notas en voz alta, influyó a un hombre para embarcarse en un peligroso viaje; para conseguir justicia, inspirado por las palabras escritas por alguien a quien apenas conoce. Una increíble historia sobre un hombre que sale de dentro de su cascarón y se adentra por un camino lleno de adversidades y catástrofes, sobre la base del verdadero amor
Pensé que se podía haber ido la luz, y al estar tan oscuro afuera… Pensé que podía ser eso, y que la ventana seguramente estaría cubierta de polvo y humos del tráfico rodado; a lo mejor sólo era eso.
Decidí caminar hacia la ventana. Sabiendo donde se encontraba cada objeto en la habitación y que no había obstáculos en mi trayectoria si avanzaba en línea recta, empecé a caminar, con los brazos extendidos y las manos abiertas al frente. Alcancé la ventana y apoyé las palmas de las manos con suavidad sobre el cristal. Esperaba ver algo a través del cristal, pero no podía, era únicamente oscuridad absoluta. Entonces comencé a frotar el cristal con la palma, primero hacia un lado, luego hacia el otro, y otra vez hacia el otro lado, como el limpiaparabrisas de un coche. Pero no sirvió de nada, seguía sin ver nada; mi vista se había ido. De algún modo, algo había ocurrido ahí y en ese momento, y rompí el cristal con el puño. Sé que lo que hice estuvo mal, pero en mi defensa debo decir que sencillamente no lo pude evitar. Algo ocurrió que era más fuerte que yo y por lo tanto golpeé el cristal varias veces. Todavía puedo oírlo romperse al estrellarse contra el asfalto al caer. Entonces escuché el sonido de pisadas corriendo por el pasillo y entrando en mi cuarto. Me di la vuelta para mirar, pero no pude ver a nadie, solamente pude sentir sus manos sobre mí.
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